Originalmente el nombre del cuadro fue Een dronke slafende Meyd aen een Tafel (Una muchacha borracha dormida en una mesa), lo cual explica que en Mujer dormida apreciemos ciertos elementos como la jarra de vino, el evidente desorden en la mesa o la copa con restos del caldo, que nos indican la razón del sueño de la dama en cuestión.
Montoya utilizó una gama cromática ligeramente más cálida que la del original a la hora de realizar esta obra, resaltando los tonos rojizos de elementos como el vestido, la silla, el tapete o las frutas de la mesa.